Entradas

Mostrando entradas de 2018

Simbiosis

¿Qué tan difícil puede ser cambiar una construcción de vos mismo que fue construyéndose al transitar un camino? ¿Será reconocer la misma el primer paso para dejar de identificarte con la misma? ¿Será posible, tras tantos años, volver sobre tus pisadas y reconstruirte, partiendo de tu pasado y tu presente, en eso que querés ser en el futuro? ¿Qué tan realista es el hecho de aprender de tus errores, cuando nadie más que vos te los marca? ¿Son errores reales aquellos que sólo ves con tus ojos, o es tu mirada pesimita/optimista la que los crea? Hoy decido cambiar. Me propongo proponer. Deja de esperar y tomar la iniciativa. Abandonar la pasividad que me caracteriza y ser. Apostar todos los días por esa persona que admiraría ser. Dejar a un lado el desgano, el aburrimiento, la soledad, el desconsuelo. Y yo misma ser la que me active, me entretenga, me acompañe, y me cree todos los días. Poder o pudrir. 

Ouroboros

Dentro mío, unas manos pálidas estrujan mi esófago. No es una sensación nueva. Ya la he sentido. No la extrañaba. Miro a un lado, a otro, doy una vuelta, y no encuentro mi sombra. La luz que me ilumina es demasiado difusa. La soledad se hace más grande cuanto más la pienso. Recorre mis venas y se vuelve carne cuando no detengo mi mente. Acudo a la compañía de cuerpos ajenos, y me culpo por depender de otros, no quiero admitir que los necesito, y aunque la soledad se vuelva efímera, aparece ese malestar, que no me conforma. Y otra vez me castigo por no ser quien quiero, por no encontrarme estando conmigo, por depender. Y así como el ouroboros, yo misma me fagocito.

Una idea en mi jardín

Corretea un niño malicioso y risueño, descalzo, por los rincones más oscuros de mi jardín. El pasto esta húmedo y se embarra los pies, dejando tras su paso un camino de fibras verdes, chamuscadas, contra el fango. De vez en cuando acaricia las hojas de un sauce llorón, enredándolas entre sus dedos cortos y rechonchos, hasta que se separan de la rama que les da vida, y las deja caer sin pesar. Pasa como un soplo de viento cerca de los rosales, y con su roce las flores pierden su compostura y se disuelven en el aire como arena contra el viento. Hongos empiezan a crecer a la sombra de su cuerpo, que en alguna oportunidad se queda quieto durante el atardecer. Trepan en los troncos y cerca de las raíces, conformando un vecindario sombrío y misterioso. La risa del niño resuena en las paredes de cristal con color a cielo. Eco en un espacio abierto. Eco en la humedad. El niño encuentra un árbol cuyo tronco parece cada vez más fuerte, y se adentra en él, descubriendo que está cada vez má

Postergar

Imagen
Invierno,  Me acurruco entre las sábanas frías por la humedad,  disfruto los baños de agua caliente,  tan caliente que me enrojece la piel,  ingiero con regularidad algunos de mis platos favoritos,  esos que humean y huelen delicioso,  tomo mucho café, y mojo vainillas en él,  miro películas entre más sábanas y más café, llueve bastante, suelo dormirme escuchando su música.  Suelo dormirme, también, sintiendo el calor ajeno que me abraza y me proteje.  Cubro mi cara con telas, y mi cuerpo con camperas enormes.  Primavera, Camino por las veredas, ligera, hacia alguna plaza, acompañada. Disfruto del sol que a mi espalda calienta las telas que me abrigan del viento que sopla sutil,  estornudo mucho, y escucho los pájaros,  los veo bailar desde mi balcón,  llueve mucho más, y hay tormenta,  las disfruto en alguna noche más fría con otro café,  que tomo a oscuras para disfrutar de los relámpagos que iluminan de a ratos.  Ansío las siestas al atardec

Noche espejada

Imagen
- Ojalá pudiera hacer todo eso, ¿Sabés? Sería re capa - Bueno, ponete contenta, porque estás muy cerca de eso.  - ... Tiene saberes como para hacer una película sola  - Claro que te podés dedicar a eso, re podrías, obvio que sí.  A veces, la gente ve en uno lo que para uno es invisible a los sentidos y los ojos. Me asusta un poco cuando el otro me valora más que lo que yo me valoro, siempre veo las expectativas ajenas tan arriba, y yo sin poder trepar. Es doloroso y reconfortante, a la vez.

Soltar

Imagen
El tiempo me hizo un espacio en un lugar. Una cajita perfectamente diseñada para que quepa dentro, moldeada justo para mi cuerpo. Me abraza y  llena de los olores que más me gustan. Es cálida, es cómoda, y parece infinita. Allí dejé de pensar, alejé mi mente para darle más importancia al movimiento, a la secuencia, al pasar. Y poco a poco me adormecí, como en una cuna, suave. Y  viví, habité, transité, con la euforia de lo nuevo y lo familiar, la quietud de la pertenencia. Hasta que un día, por alguna razón, de esa suavidad surgió una espina, que pinchaba apenas, pero que no me permitió volver a mi cómoda posición. El lugar seguía perfectamente moldeado, pero ahora con la espina, era difícil moverse. Viví, habité, transité, todavía. Pero ahora, con un poco de dolor. Poco a poco la espina crece, y a su alrededor otras. Odio la espina, la repudio, intento eliminarla. Pero es justamente la espina la que viene a salvarme, a hacerme notar que hay un mundo más allá de la caja, que no

Reencontrarme

Imagen
No puedo dejar de mirar en la bola de cristal un reloj que tiene las agujas al revés melancolía. tic tic tic tic suena el segundero constante, hacia atrás. Busco en el cajón de los recuerdos y observo momentos de vida congelados por alguien más. Necesito volver a encontrarme. Como antes, pero diferente. Nueva.

Pánico ante una hoja nevada

Tan brillante, tan blanca, reluce, y me enceguece, su frío me paraliza, la piel se me eriza. Siento que me cuesta respirar, y que de repente todo parece el doble de inmenso, el triple de difícil, cuatro veces más complejo, cinco más incomprensible. Me pesan los músculos, las extremidades no me responden, mi cabeza da vueltas, y vueltas, y vueltas...

Recuerdos, sueños, retrospectivas

Sé que mirar el pasado genera angustia, que lo importante ahora es vivir el presente y proyectar luz hacia el futuro. Pero ante la necesidad de comprender el regalo del destino, necesito mirar atrás y recordar. ¿Por qué no me salen las palabras de la boca?  Nunca salieron, nunca me esforcé por hacerme escuchar. Era más cómodo quedarme en silencio y reprimir mis deseos, dormirme. Porque llevarlos adelante conllevaba riesgos que me daban miedo. Y estar despierta una energía que no sabía encontrar en mí.  Nunca decidí, la respuesta predeterminada siempre era negativa. No.  Aléjense. Estoy bien en mi esfera llena de neblina y sin esquinas.  Tantas oportunidad que no supe aprovechar, tantas experiencias enriquecedoras que me perdí, y que hoy me generan inseguridades. Tantos cabos sueltos y palabras estancadas en mi garganta hoy, tapan la cañería. Pero también le dan forma. Aún así, no me conforma. Todavía me reprimen esos deseos incumplidos, ignorados, silenciados, que hoy, y solo