Recuerdos, sueños, retrospectivas

Sé que mirar el pasado genera angustia, que lo importante ahora es vivir el presente y proyectar luz hacia el futuro.
Pero ante la necesidad de comprender el regalo del destino, necesito mirar atrás y recordar.
¿Por qué no me salen las palabras de la boca? 
Nunca salieron, nunca me esforcé por hacerme escuchar. Era más cómodo quedarme en silencio y reprimir mis deseos, dormirme. Porque llevarlos adelante conllevaba riesgos que me daban miedo. Y estar despierta una energía que no sabía encontrar en mí. 
Nunca decidí, la respuesta predeterminada siempre era negativa.
No. 
Aléjense.
Estoy bien en mi esfera llena de neblina y sin esquinas. 
Tantas oportunidad que no supe aprovechar, tantas experiencias enriquecedoras que me perdí, y que hoy me generan inseguridades. Tantos cabos sueltos y palabras estancadas en mi garganta hoy, tapan la cañería. Pero también le dan forma. Aún así, no me conforma.
Todavía me reprimen esos deseos incumplidos, ignorados, silenciados, que hoy, y solo hoy tal vez, estoy tratando de aceptar, de recordar.
Aceptar mi fragilidad, calidez y sensibilidad, que siempre estuvo allí, aún si era de mármol o hielo. Darme cuenta que deseaba, tanto como gustaba.
Hoy simplemente me gustaría atar esos cabos sueltos. Reencontrarme una vez más, al menos una, y hablar del pasado. Sacarme de adentro lo que alguna vez, si hubiera sido otra, hubiese dicho. Y fantasear por un momento qué hubiese pasado si...

Sin embargo, creo que voy a tener que seguir llenando la tubería de palabras no dichas y de sueños incumplidos. Porque mi solución es egoísta. Ya somos otros, estamos en otros lados, lejos del pasado. Pero, ¿Cómo saberlo con certeza? Suposiciones.

Tal vez sea lo mejor un plan B. Esperar a que las palabras se disuelvan y den paso a lo que hoy tengo oportunidad de decir, para no reprimirme más por el miedo. Teniendo más claros mis deseos.

¿Podré?¿Desear sin miedos?¿Sin condiciones?
Siempre hay alguien más en quien pensar, no todos los caprichos pueden ser cumplidos ahora.
¿O sí?
Suposiciones, siempre que hay un otro involucrado, son suposiciones.

Vaciar la cañería,
dejar que corra el agua fresca y limpia.
Cuando hablar es tan difícil,
escribir puede ayudar.

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