"La herida es el lugar por donde entra la luz"

Leí en mi agenda un día. No conozco su autor ni en qué contexto fue dicha/escrita, pero me puso la piel de gallina pensar en lo mucho que me representa(ba). Cuando descubrí que era un frasco vacío se abrió la herida, y esta dejó entrar una luz con la forma de un pequeño pez que comenzó a abrirse paso por las aguas estancadas de la creatividad. El día que volvía caminando del laboratorio donde momentos antes intentábamos inútilmente darle vida a un Frankestein sin pasión ni corazón, el pez formó un cuerpo medio traslúcido. Ese día, mientras miraba las hojas de los árboles teñir todo de amarillo, el pez comenzó a nadar y remover esas aguas. Primero surgieron luces de colores cyan y magenta, y después una caricia en las pieles iluminadas por las mismas. Seguido de eso... EL HAMBRE. Pensé en qué iba a comer, ya que se acercaba el mediodía, como todos los mediodías, y las noches, los almuerzos, las meriendas, los desayunos y las cenas, y las reuniones sociales. Descubrí, o tal vez ya...