Una quincena de días después de comenzar el nuevo año. Las cosas no cambian de un día para el otro. El sol se hunde en el horizonte, dándo lugar a la luna, brillante y hermosa. Me gusta saludar con un "Buena noche" y despedirme con un "Buenos días" Aunque a veces, preferiría no tener que decir ninguna de las dos. La puesta de sol deja atrás colores fogosos que han quemado mi cuerpo por dentro. Las quemaduras no sólo se hacen con fuego, también con hielo. Sin embargo, en esas heridas, encuentro aprendizajes. "Siempre tené uno (o varios) planes alternativos" "El tiempo es lo más valioso que hay, valora quien lo gaste contigo, no lo desperdicies en quien (o que) no lo merece." Eso es lo que me queda de aquel atardecer... que no es el que retrata la foto, ya que éste, capturado en un día tormentoso del año nuevo, pertenece a la nueva vida, al renacimiento. A la belleza de una nueva oportunidad. Desearía retener en mi retina, en ...